¿Todas las personas podemos ser creativas?
Al oír esta palabra tán curiosa, rara, tan incomprendida, que normalmente es atribuida de forma errónea ya sea por su propia función o por la manera en la que se contempla.
Lastimosamente la forma en la que hemos sido educados nos limita la percepción que deberíamos tener sobre este concepto, ya sea por que lo relacionemos con actividades informales o incluso infantiles, o por otro lado que la consideremos “un don brindado a personas que pueden desenvolverse en profesiones específicas de su uso”. Tales como la pintura, poesía, dibujo, canto, diseño, cine, entre otras ramas de las artes.
Sin embargo, es importante que comencemos a cambiar estas percepciones que lo único que han logrado es limitar y sectorizar el alcance de esta disciplina que irónicamente es un rasgo inherente en todas las personas, misma que puede ser considerada una herramienta para la supervivencia.
Poniendo en contexto lo anteriormente dicho, la creatividad está presente en todos nosotros con la única diferencia que algunos la tienen más desarrollada que otros y la usamos de manera cotidiana, si hemos botado algún lápiz de nuestro escritorio (y por pereza no queremos agacharnos para recogerlo) curiosamente comenzamos a maquinar alternativas para poder recogerlo de una forma más cómoda: si no tenemos zapatos es posible levantarlo con el pie, pedir favor a alguien más de levantarlo, llamar a la mascota, levantarlo con otro utensilio de nuestro escritorio… Y así de forma inconsciente nuestra pequeña maquinaria creativa comienza a trabajar, incluso para tareas u objetivos completamente banales.
Momento… ¿Eso quiere decir que he sido creativo toda la vida? Respuesta corta: ¡Sí!
Y al igual que caminar, estudiar u otra función que realicemos debemos aprender a enfocar nuestros recursos no caminamos solo porque sí, lo hacemos para llegar del punto A al B y generalmente realizar una diligencia o tarea en el proceso.
Y es exactamente lo que debemos empezar a realizar con nuestra creatividad, darle un propósito ya sea en nuestro entorno laboral, académico, personal, etc. Sin embargo debemos comprender que; como lo hemos mencionado, tengamos esta habilidad en rezago, por lo que no sorprendería que nos pueda resultar una tarea difícil y extenuante en un inicio, algo que con disciplina y constancia no debería ser difícil de superar.
Siempre me ha gustado hacer la comparación, que desarrollar la creatividad, no es distinto al cuidado de nuestro estado físico, se necesita tiempo y una rutina diaria para que el mismo se mantenga en un estado óptimo.
¿Pero qué rutinas necesito? ¿Se trabaja por secciones al igual que los músculos? ¿Sólo funciona si soy jóven? Bueno, hablar de rutinas para desarrollar nuestra creatividad es muy extenso, ya que es un campo con mucha diversidad y no debes preocuparte por “secciones o edades” puede que sea un área extensa, pero no compleja de desarrollar. Si deseas ponerte en acción, comienza con los ejercicios más fáciles: dibuja sin importar qué bien lo hagas, lee artículos o libros, agarra una pluma y garabatea en una hoja dejando libre a la volatería que tienes en la mente.
Y si deseas aprender más no te preocupes, pronto escribiré más acerca de las distintas técnicas y ejercicios para el desarrollo de la creatividad, de momento creo que te entretendrás con las que te he dejado.
Haciendo un breve resumen, recuerda que la creatividad está presente en todas las personas en unas más que en otras, ser consciente de esto te ayudará a enfocarla para los objetivos en los que te sería útil, sin embargo debes de ser consciente que en la mayoría de casos se encuentre como un músculo sin entrenamiento y fuera de forma, por lo que tendrás que comenzar a ejercitarla desde cero.
Espero que este pequeño artículo te ayude a enfocar mejor tus recursos y a la vez, logres agilizar tus procesos cotidianos.